Una evolución forzada al delivery

Fotografía de The Austin Chronicle, 2020.

Fotografía de The Austin Chronicle, 2020.

 

El impacto económico del Coronavirus sobre los negocios gastronómicos


 
 

Al igual que en la teoría de la evolución, solo los negocios gastronómicos que se adapten al cambio serán capaces de salir parcialmente ilesos de la situación de cuarentena que se vive hoy, y de la recesión económica que se vivirá mañana.

Las aplicaciones móviles de delivery son necesarias para cumplir con la normativa que el gobierno nacional acaba de implementar; los restaurantes solamente podrán funcionar si es que entregan sus platos a domicilio, con el fin de reducir la propagación del Covid-19. 

En lo que va del mes de marzo, el consumo de noticias relacionadas al Coronavirus se ubicó sobre el 10% del total de las primicias; de hecho, en la tercera semana de marzo el tráfico de noticias web ha aumentado en 0,5 veces.  Y esto es obvio, el cuadro clínico que va desde un resfriado común hasta el síndrome respiratorio agudo grave nos tiene de los pelos a todos. Los gobiernos nacionales y locales están tomando las medidas necesarias para reducir el factor de contagio de la enfermedad, siendo la cuarentena la medida más adoptada.

La fácil y rápida propagación preocupa a las autoridades mundiales, pues, al igual que cualquier gripe, se multiplica por la interacción humana; sólo que ésta puede llegar a ser letal, sobre todo para personas de la tercera edad y con enfermedades crónicas.

¿Por qué la cuarentena es la mejor medida a tomarse?

Aunque suene drástico, quedarnos en casa reduce la probabilidad de contagio y, así, de esparcir la enfermedad. Si es que no se toman acciones para reducir la interacción social, una persona puede infectar hasta a  406 personas en 30 días. Por otro lado, si es que sí se toman acciones –con un 75% menos de exposición– los contagiados serían tan solo 3.


Muchos alegan que la verdadera crisis será la económica, materia en la que Ecuador no atraviesa su mejor momento actualmente. Las organizaciones más reconocidas, como Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Banco Central del Ecuador (BCE) y Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) establecieron unas proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de tan solo el 0,35%. Esto quiere decir que la producción nacional –previa a la propagación del Coronavirus– iba a crecer en menos del 0,5%. Imaginémonos ahora… Al negativo panorama, tenemos que sumarle un precio del petróleo inferior a los $21, aún y cuando se estableció un precio de $51 en el Presupuesto General del Estado del 2020 –como producto de la merma en la demanda de crudo– y además un detenimiento a la producción, de al menos 15 días, de la mayoría de empresas que no pueden implementar el teletrabajo. 

El bajo precio del petróleo incide sobre la renta que percibe el gobierno, por lo que a lo largo de este año los poderes de política pública deberán tomar las acciones necesarias para reducir el gasto y replantear su presupuesto. Aunque no conozcamos con exactitud cuánto va a durar la cuarentena, cada día que pasa significa millonarias pérdidas para el sector productivo; no solo país sino del mundo. 

Sin embargo, ni lo económico o lo financiero es lo más importante; las deudas se pueden reestructurar, la producción se puede retomar, pero la vida no. Por lo que cumplir con la normativa y cuidarnos dentro del núcleo familiar es indispensable en estos tiempos tan raros.


Sin duda uno de los sectores más afectados será el de servicios de alimentos. Aquellos negocios que no logren ejecutar un sistema eficiente de entrega a domicilio la pasarán mal durante esta cuarentena. Recordemos que durante el 2018 el sector de servicios de comida y alojamiento  en Quito generó más de $575 millones, generando el 2,3% del Valor Agregado Bruto del cantón. Obviamente el sector se ve afectado, pues el tránsito y la libre movilidad son factores que favorecen al funcionamiento de estos negocios. Las familias no pueden salir de sus hogares para visitar su comedor favorito, los oficinistas no visitan a su vecina de manera diaria, como lo solían hacer.

¿Cómo repercutirá para el primer trimestre de este 2020?

Eso solo se podrá evaluar una vez que las cifras oficiales sean publicadas, para mediados de este año. Hay que pensar que aunque los restaurantes y negocios gastronómicos mantengan sus operaciones con un sistema de entrega delivery, también puede ser dificultoso conseguir todos los ingredientes para cada plato o producto. A pesar de que el gobierno nacional anunció que los supermercados, tiendas, panaderías y fruterías mantendrán sus operaciones para asegurar la provisión de alimentos, se pueden encontrar dificultades porque toda la cadena de producción se ve afectada. Con la cadena, me refiero al ciclo de producción y distribución que atraviesa cada insumo antes de llegar al consumidor final –restaurante, negocio o comensal–. 


Hoy en día, gracias a la era de las aplicaciones móviles, existen empresas internacionales que se acercan a los compradores y clientes mediante motociclistas y ciclistas de mochilas amarillas, verdes y anaranjadas. Pocos son los negocios que manejan su propio delivery, pues subcontratar los servicios de otra empresa es siempre más conveniente, o al menos eso nos dicen en las clases de administración de empresas. Las aplicaciones antes mencionadas se convierten en la alternativa disponible para los pequeños emprendimientos y restaurantes medianos que no tienen la capacidad de apalancar costos y contar con sus propios motorizados.

La realidad es que el delivery y el servicio para llevar son las únicas modalidades posibles de trabajo actualmente. Y parar al 100% las operaciones de un negocio podría ser aún más riesgoso que implementar estas modalidades. Por eso, al igual que en la teoría de la evolución, solo los negocios gastronómicos que se adapten al cambio serán capaces de salir parcialmente ilesos de la situación de cuarentena que se vive hoy, y de la recesión económica que se vivirá mañana.


Eduardo Cobos