Plantas alimenticias no convencionales

 

Ilustración por Daniela Borja Kaisin.

PANC | El rescate de la diversidad en nuestra dieta

¿Sabías que en los bosques, o incluso en nuestros jardines, crecen diversas plantas y flores comestibles que podemos integrar fácilmente a nuestra dieta? Aunque varían por región, algunas son comunes en distintos pisos climáticos como: diente de león, rosa, clavel, caléndula, borraja, verdolaga, ortiga, trébol, llantén, chayote, yacón, etc.

El uso de estos alimentos en la cocina no es nada nuevo, más bien se considera un conocimiento ancestral en peligro de extinción. No obstante, en los últimos años ha habido un auge de la incorporación de flores en la alta cocina (siempre orgánicas o silvestres), que no solo cumplen una función estética, sino que también aportan aroma y sabor, así como nutrientes. Las flores representan apenas una parte de este gran universo que se nos abre al enterarnos de que muchas de las plantas que acostumbramos a considerar “malezas” constituyen un gran alimento. Y a eso se refiere el acrónimo PANC: Plantas Alimenticias No Convencionales. 

Ilustraciones por Daniela Borja Kaisin.

En Ecuador, varias iniciativas difunden información sobre su importancia. Por ejemplo, Margarita Camacho de La Qabra Tira al Monte y El Capulí Biomarket, en Quito, da talleres de cocina con PANC y trata este tema en su página de Instagram Mikuna Yuyo. En Mindo está Cristina Ahassi (Galapagos Foodie), que hace poco hizo un evento de cocina en vivo para dar a conocer las PANC de la zona; aunque aún no logra afianzar su proyecto, ve un gran potencial en Mindo por su biodiversidad. Pero quien está investigando las PANC desde hace tiempo y, justamente, Margarita y Cristina se basan en su trabajo, es la investigadora brasilera Nina Duarte, de la reserva Intillacta en Nanegalito, al Noroccidente de la provincia de Pichincha. Nina, que es ingeniera agroforestal y vive en Ecuador desde hace 17 años, se refiere a estas plantas como “buenezas”, con el fin de quitarles el estigma de estorbo, porque en realidad tienen el potencial de contribuir a nuestra salud y bienestar, además de incentivar la soberanía alimentaria. Con ese propósito, Nina ha publicado dos investigaciones, con el apoyo de la Fundación Imaymana: la “Guía de Plantas Alimenticias No Convencionales del Chocó Andino” (2020), en la que describe 37 plantas, y el “Listado de plantas alimenticias no Convencionales (PANC) presentes en el Chocó Andino” (2021) que contempla 430. En sus libros explica que se puede aprovechar no solo las hojas, sino también los tallos, flores, raíces y semillas, según la planta. La guía incluso cuenta con indicaciones sobre cómo cultivarlas, sus componentes nutricionales, sugerencia de recetas, nombres científicos, entre otros datos relevantes. Además, Nina está próxima a publicar otra investigación sobre las PANC en Quito.

Con respecto al término, Nina cuenta en sus textos que fue acuñado por el botánico Valdely Kinupp y la nutricionista Arany Arteche de Brasil en 2008, quienes se dedican al estudio y difusión de estas plantas, haciendo hincapié en la importancia de la recuperación de especies que han caído en desuso y la incorporación de variedad a nuestra alimentación. Por ser un concepto nacido en Brasil, erróneamente se cree que se refiere solo a las plantas de ese país. Sin embargo, PANC es un concepto aplicable a cada región, que fomenta la investigación y recolección de plantas silvestres comestibles utilizadas ancestralmente, así como su cultivo a pequeña escala. En Japón, un ejemplo de PANC serían los “sansai” (山菜) que significa “vegetales de montaña”, y se refiere a las plantas silvestres que se recolectan en primavera y que aún en la actualidad se utilizan en diversos platos tradicionales e infusiones. 

Ilustraciones por Daniela Borja Kaisin.

Según el Foro Económico Mundial, existen alrededor de 30.000 plantas alimenticias en el planeta, de las cuales, a lo largo de la historia se han cultivado entre 6.000 y 7.000. Actualmente, solo se cultivan unas 170 a gran escala, dependemos apenas de 30 de ellas, y más del 40% de nuestra dieta se basa solo en tres: arroz, trigo y maíz. En cuarto lugar les sigue la banana, la fruta más consumida del mundo en su variedad Cavendish –a pesar de que existen cerca de mil tipos de bananas– lo que la pone en riesgo de desaparecer por plagas, como ocurrió con la variedad Gros Michel a mediados del siglo pasado. Es así como nuestra dieta pierde cada vez más diversidad, por lo tanto nutrientes, lo que nos hace dependientes de los ultraprocesados y de los monocultivos agroindustriales llenos de agroquímicos. Y, como consecuencia, sufrimos enfermedades y hasta nos vemos obligados a tomar suplementos. Además, aunque se intente restarle importancia en los medios, los agroquímicos dañan la naturaleza, a las personas en el campo y al consumidor final. 

La globalización nos ha permitido acceder a alimentos e ingredientes de regiones lejanas, pero también ha contribuido al empobrecimiento de nuestra forma de alimentarnos. Recuperar ese conocimiento está en volver a conectarnos con nuestras montañas, bosques, patios y jardines, apoyar a los pequeños productores que se dedican a este tipo de cultivos o aprender a producirlos por nuestra cuenta. 


¿Te interesa saber más sobre como tratar con las plantas alimenticias no convencionales? Ya en 2006, la argentina Bárbara S. Drausal publicó “Buenezas en la mesa”, y estas son algunas de sus recomendaciones:

  • No recolectar las plantas en sitios contaminados o donde haya signos de la presencia de animales domésticos.

  • Si no están seguros de la identificación de una planta, consultar a personas expertas. 

  • Aunque se tenga hambre, no comer en exceso.

  • Algunos suelos pueden contener químicos tóxicos provenientes del uso excesivo de fertilizantes, contaminando las plantas. En caso de molestia estomacal, suspender la ingesta.

  • Al estar en un lugar alejado, probar primero la planta en pequeñas cantidades. Si luego de 2 o 3 horas no hay problemas estomacales, aumentar la cantidad. Comer una planta al día para determinar si son comestibles. 

  • Como medida preventiva, no recolectar frente a niños muy pequeños que aún no puedan reconocer las plantas, por peligro de intoxicación.

Para una guía completa sobre PANC en Ecuador, te recomendamos leer los libros de Nina Duarte disponibles en PDF.

Guía: https://bit.ly/3mDgZfE. Listado: https://bit.ly/3mFmqL1

Más recomendaciones y recetas: “Sabores soberanos, PANC” (Misiones, 2021), de María Valeria Buearc, en https://bit.ly/3ZY97U7.


 
Pía Molina