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Una mirada a Ana María López de Frida Tacos

Ana María López. Fotografía por Abril Macías.

Frida Tacos es una taquería mexicana con sabor propio. La encontramos en La Floresta, entre adornos, altares, folklore mexicano y arte urbano. Su dueña, Ana María López, se sienta conmigo y frente a una deliciosa margarita de fresa y algunos tacos, nos cuenta un poco sobre cuál ha sido su camino para llegar a donde está hoy.

¿Por qué tu cercanía a México?

Por Jorge, mi pareja, el otro dueño de Frida. Yo antes me dedicaba al catering de matrimonios, trabajaba en hoteles y daba clases. Siempre estaba buscando ponerme un negocio y Jorge me decía: hagamos algo mexicano. Mi referencia de la comida mexicana hecha en Ecuador era esa que teníamos todos hace algunos años: tex-mex, queso cheddar, crema.

Fui a México y me encantó la comida. Hicimos un tour gastronómico de todas las taquerías y un chef amigo de la familia de Jorge me enseñó a hacer los adobos, las salsas. Eso me acercó a la cultura y a la verdadera gastronomía mexicana. Fue aprender allá, modificar acá las recetas usando ingredientes locales. Los ingredientes son diferentes y hay que irlos adecuando al gusto. Por ejemplo, el pastor lo comimos en 100 taquerías y en todas es diferente. Todos tienen trompo, un adobo que tiene ciertos ingredientes básicos como piña, limón, la tortilla, pero unos son más dulces y otros más ácidos. Cada lugar tiene su toque. Decidimos no enfocarnos en una sola región y preparar tacos en general. También tenemos tacos nuestros, como el Taco Frida, que es un taco de hornado con aguacate y agrio.



¿Qué similitudes o diferencias encuentras con nuestra forma de street food?

Que allá lo come todo mundo. Eso es algo que me gustó mucho de México, que el mexicano consume mexicano. Puedes ver al señor con el terno más impecable comiendo un taco en la calle, es increíble. Aquí consumimos menos nuestro tipo de comida de calle y muchas veces está limitado a ciertos sectores de la población, no es algo que lo hace todo el mundo.

¿A qué retos te has visto enfrentada desde que iniciaste con el primer local de Frida?

Frida comenzó en el 2014. Comenzamos a salir en ferias, para ver cómo la gente recibía un producto nuevo, sin el queso cheddar, sin el resto de las cosas a las que estaba acostumbrada. Nosotros queríamos cubrir un nicho que no estaba siendo atendido porque el otro espacio mexicano era la Michoacana, que se dedica a comida tradicional mexicana pero no se enfoca solamente en tacos. A la gente le gustó mucho y seguimos un año en las ferias hasta abrir el local. Eso nos dio tiempo para ir armando el proyecto, cómo iba a ser el servicio, las bebidas, afianzando el concepto, buscando el espacio y la imagen adecuada. El nombre vino porque desde que era adolescente admiraba a Frida Kahlo como mujer, porque era una mujer muy libre a pesar de la época en que vivió. Siempre quisimos hacer una decoración con el tema del día de muertos porque nos pareció que los mexicanos tienen una forma muy interesante de ver la muerte.


Buscamos una decoración que combinara el trabajo de los artesanos mexicanos tradicionales y los diseñadores contemporáneos. El inicio fue un asunto de familia. Además de Jorge y yo, mi papá limpiaba las mesas, mi mamá y mi suegra limpiaban los pisos, mi hermana, un amigo y yo hicimos la barra. Lo hicimos con mucho amor. Cuando abrimos fue muy intenso hasta agarrar el ritmo, y estandarizar los procesos. Ese es uno de los mayores retos de un restaurante, ser consistente. Después de nosotros se empezaron a abrir más taquerías y esa competencia nos ha ayudado a crecer porque gracias a ella mantenemos nuestra calidad inicial y mejoramos.

¿Retos como mujer dentro de la cocina?

El reto de la familia. Conozco a muchas colegas y compañeras en este medio que han tenido que luchar un poco más al momento de decidir tener una familia, por el tema del cuidado de los hijos. He visto como han sido discriminadas al no ser contratadas y he visto como han salido adelante con sus familias pese a los difíciles horarios que tenemos dentro de la profesión.



¿Qué te motiva a seguir adelante con Frida? ¿Qué quieres que el cliente se lleve de esta experiencia?

Lo principal es que amo lo que hago. Me ha costado llanto, estrés, pero ha sido súper bacán, es lo que me gusta hacer. Lo que queríamos con Jorge era crear un concepto, un lugar donde la gente se sienta cómoda, que sea informal y se sienta como una casa. El servicio es lo que más nos ha costado porque la gente en Quito está acostumbrada a ser servida en las mesas y la informalidad no a todos les va bien, pero con el tiempo hemos tenido buena respuesta ya que a muchos sí les gusta nuestro estilo. Quiero que el cliente sienta el amor de quienes preparamos cada plato.

Somos una familia y lo que vendemos no es solamente comida sino experiencias, por eso la importancia de que la gente se pare a ver qué pasa en la cocina y lo que hay detrás de la elaboración de sus platos.


De esta hermosa conversación con Ana María López me llevo la entrega y el compromiso de amar lo que una hace. Todo trabajo con esfuerzo tiene sus recompensas y, en el caso de Frida Tacos, esa recompensa se ve plasmada en una carta para todos los gustos, con una calidad de ingredientes cuidadosamente estudiados, pero sobre todo, con el cariño y el amor que ella y su equipo entregan para brindarte una nueva experiencia. ¡No te olvides pasar por Frida cuando tengas un tiempo!

Fotografía por Abril Macías.

FRIDA TACOS

Contacto

Facebook @fridatacosquito

Instagram @fridatacosquito

Horario

Martes a miércoles 12:00-22:00 y jueves a sábado 12:00-23:00. Domingo y lunes cerrado.

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